Me desperté y unos ricos mates de "la tía" (como en el padrino) me esperaban, el sol en las montañas parece que estámás cerca de uno, el sol quemaba más fuerte y yo salí a caminar, a caminar en bsca de flores, seguía los caminos rosas, pero no eran cosmos, eran pequeñas florecillas silvestres... arranque un par mientras el sol calentaba mi espalda y el vientito fresco acariciaba mis brazos y mis flores.
A lo lejos de un campo, justo en la mitad del camino alacance a ver un cosmos, quise cruzar un alambrado para llegar pero era una zona muy pantanosa, así que me arrepentí y busque otros cosmos, menos peligrosos para mis piernas.
Ya el sol me indicaba mediodia, y mi estomago decía lo mismo.
Pegué la vuelta a ver si cerca del rancho me encontraba algo distinto...
Venía caminando, pensando, imaginando y pasé por el rancho de Graciela, esta tucumana que hace poco se jubiló y se instala cada día más en el cerro.
-Buenas Buenas! (dije)
-Hola querida! (me respondió)
Andás paseando?
-Sí... Buscando cosmos, más precisamente...
-Ay! pero nena, venite a visitarme y saca los cosmos que quieras de mi jardín, eso sí, no toques las margaritas es lo único que te pido, porque las planté hace poco.
-Sí, no te preocupes, sólo un par de cosmos, voy a sacar.
Y es así, me canse de verlos por doquier, pero ala hora de buscar el cosmos del amor, no es tarea facil, ni tarea fina...