una mejilla apoyada en la almohada, nos miramos.
respiramos el aire que el otro suspira, nos miramos.
apretamos nuestros muslos desnudos
acariciamos los pies del otro,
un braso incomodo debajo de la almohada y el otro te acaricia
con un dedo roso tu cara, tus pestañas, tu naricita
llego a tu boca
vos me acaricias el pelo, la frente
mis pestañas te hacen cosquillas los dedos,
mientras tantos los muslos se aprietan, naturalmente
las manos empiezan a bajar
los labios a rosarse entre sí
los besos aparecen y son protagonistas de la primera pasión
las manos decaen, acarician tus espalda
tus manos bajan, acarician mis senos
los pies de los dos no dejan de cariciarse y entreberarse hasta no saber cual es de quién.